ANECDOTARIO
Por Gonzalo Gutiérrez
Todos los chilenos estamos obligados a pronunciarnos el próximo 4 de septiembre, acudiendo a las urnas, para aprobar o rechazar la nueva Carta Fundamental que están redactando los miembros de la Convención Constitucional.
Esta fecha tiene un especial simbolismo, ya que hasta antes del golpe militar, los presidentes de la república eran elegidos por la ciudadanía el día 4 de septiembre.
Ahora ¿por qué existió esa fecha? Esto se produce porque el 27 de julio de 1946 fallece en pleno ejercicio de sus funciones el Presidente de la República de la época Juan Antonio Ríos.
Quien ejercía como Vicepresidente de la República Alfredo Duhalde, que había sido designado por Ríos –que dejó de existir a raíz de una penosa enfermedad-, convocó a elecciones. De acuerdo a la Constitución de 1925 Duhalde efectuó esta convocatoria dentro de un plazo de diez días de ocurrido el fallecimiento, determinándose que la elección del nuevo Primer Mandatario debía efectuarse 60 días después de esa fecha, recayendo en el día 4 de septiembre.
Por lo visto a raíz de la muerte de un mandatario se fijó esa fecha que permitió la elección de Gabriel González Videla y sucesivamente dirigieron los destinos del país Carlos Ibáñez del Campo, Jorge Alessandri, Eduardo Frei Montalva y Salvador Allende.
Juan Antonio Ríos que fue Presidente de la República de Chile recordó siendo mandatario, una vivencia que tuvo a la edad de 12 o 13 años, cuando paseaba por el centro de la ciudad de Cañete, provincia de Arauco. Era víspera de Año Nuevo cuando al pasar frente a una iluminada vitrina de una tienda comercial, le pidió a su madre que le comprara una corbata que había mirado muchas veces.
“Afligida mi madre, me dijo que no podía comprármela porque éramos muy pobres. Rompí a llorar y el llanto contagió a mi madre. Entonces para consolarla le expresé: No importa mamá, algún día seré Presidente de la República para poder comprar todas las corbatas que me gustan”, comentó, quien llegó a ocupar ese cargo, entre 1942 y 1946, período que fue interrumpido al morir de una delicada enfermedad.