Piscinas: Lugar de diversión, pero con precaución

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El verano y el calor llegaron para quedarse y, con ello, las vacaciones, salidas a la playa, piscinas y plazas para capearlo. No hay duda ni discusión, que el agua es la mayor atracción en estos tiempos. Desde un chapuzón hasta la tradicional manguera son útiles para bajar la temperatura. Proliferan los paseos a lugares públicos, la instalación de piscinas definitivas o temporales en los patios de los hogares, todo ello en un ambiente festivo y de esparcimiento, que puede terminar abruptamente por algún accidente.

Según cifras de la Organización Mundial de la Salud, se estima que -cada año- mueren alrededor de 236 mil personas por asfixia por inmersión. En nuestro país, es la primera causa de muerte en niños de 1 a 4 años que -en su mayoría- no contaban con supervisión de un adulto. Por ello es muy importante tener en cuenta algunos de los siguientes consejos, para evitar que unas lindas vacaciones, se transformen en un mal recuerdo:

1. Instalar medidas de protección: Ya sea fija o temporal. Es recomendable retirar o cerrar vías de acceso a la piscina con elementos que impidan su apertura fácil, instalar una cerca de al menos 1,2 metros de altura- con barrotes separados entre sí de no más de 12 centímetros para evitar que el infante pase por entre medio. Una cubierta de piscina sería recomendable siempre que soporte el peso de una persona adulta sobre ella, de lo contrario, no puede ser considerada como un dispositivo de seguridad. En el mercado, se encuentran disponibles alarmas de inmersión que detectan movimientos irregulares en una piscina, emitiendo una alerta sonora en caso de detectar una caída.

2. Prohibir juegos alrededor de la piscina: los menores no deben jugar, correr o empujarse en la orilla de la piscina, ni tirarse los típicos piqueros, ya que pueden caer mal o golpearse y, con ello, desorientarse en el agua, propiciando la imposibilidad de salir a flote.

 

3. No dejar objetos llamativos en el agua: los niños pueden intentar recuperar ese objeto (juguete, pelota, etc.), perder el equilibrio en este intento, cayendo al agua sin que nadie se dé cuenta.

4. Usar elementos de flotación adecuados: Emplear chalecos salvavidas o flotadores acordes al peso del menor. Las “alitas” o juguetes flotadores, no son seguros para esta actividad, por lo tanto, no son recomendables para menores. Tampoco son aconsejables los flotadores “tipo dona”, puesto que pueden volcarse fácilmente en el agua, impidiendo el escape de los niños.

 

5. Acercar a los niños al agua: Es ideal que los niños estén familiarizados con el agua desde pequeños. Flotar y nadar son acciones que les permitirán mantenerse más seguros al estar en una piscina. Pero no confiarse del hecho de que un niño sepa nadar, debido a que esto no impide que se pueda ahogar.

 

6. Supervisión adulta SIEMPRE: Nunca se debe dejar a los niños solos en presencia de agua (6
centímetros de agua son suficientes para causar asfixia en un menor), ya sea una piscina, playas, ríos, lagos, etc. También mucha atención con niños con necesidades especiales, puesto que pueden perder el control sobre sus movimientos en cualquier momento. Por otra parte, el adulto responsable de vigilar a los niños, debe estar siempre en óptimas condiciones en caso de que tenga que realizar algún tipo de maniobra de salvataje, vale decir, sin bebidas alcohólicas en el cuerpo y dificultades de movimiento, que idealmente sepa nadar (y si no sabe, no permitir que se alejen a más de un brazo de distancia de la orilla), que no esté distraído con el teléfono móvil, etc. Pueden turnarse con otro adulto en esta labor, pero jamás dejar solos a los pequeños. Basta un par de segundos sumergidos para generar daño neurológico, por lo que ni la necesidad de ir al baño es excusa para dejarlos sin vigilancia.

El principal fiscalizador de las medidas de seguridad de una piscina son los adultos responsables de los menores, por lo que, si se detecta alguna anomalía en el funcionamiento o condiciones (como accesos, filtros sin protección, conexiones eléctricas, estado del agua, etc.), por la integridad de nuestros pequeños, evitar que se sumerja allí y notificar de las deficiencias a quien corresponda, y más preocupante aún si esta se encuentra en casa. Las piscinas son elementos de diversión, esparcimiento y de conocimiento para los más chicos del hogar. Procurar que sea un lugar seguro para ellos, es nuestra responsabilidad.

Yasmin Delgado

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